Hace unos días, una amiga me había pedido que escriba algo
acerca del “carácter”. Lógicamente, le dije que iba a tener que esperar a que
me llegue la inspiración, pero es un tema interesante.
Como hago generalmente, antes de hablar de un término busco
su definición literal, con toda la gama de significados que pueda tener. Me han
gustado estas definiciones de WordReference para lo que quería expresar (había
6 definiciones en total, pero no todas venían al caso):
3. Firmeza, energía, genio.
Se me hace que “carácter” es como un atributo de la
personalidad. No, no digo la personalidad
en el término común que le da la gente, sino en su definición más espiritual:
Personalidad o ego es aquello que “no nos pertenece”. Esto
quiere decir que es lo que nos enseñan, lo que no venía en nuestro chip a la hora de nacer. Es cierto que,
a pesar de lo que nos enseñen, de más grandecitos podemos discernir mejor y
formar una personalidad más acorde con “lo nuestro”, que es la ESENCIA. Esta última,
es lo que “nos pertenece”; más bien, con lo que venimos al mundo, la
experiencia álmica adquirida a lo largo de las encarnaciones. Pero estos
conceptos ya están en el texto anterior, “Algo más sobre ego y esencia”.
Volviendo al carácter, es lo que nos enseñan que hay que
tener para que no nos pasen por arriba. Un sinónimo sería firmeza, tal como vemos en una de sus definiciones. De este modo,
un chico tranquilo, puede cambiar su comportamiento de acuerdo a lo que
entienda (y no necesariamente a lo que le enseñen) que tiene que hacer para
tener un buen “carácter”. No me parece que esté mal enseñarles a los más peques
algo de carácter, ya que si no, los demás niños se los comerían vivos desde el
Jardín de Infantes... pero lo que les transmitimos es muy importante, por eso,
hay que tener cuidado al expresarse.
Pasemos ahora a hablar de los más grandes: sabemos que
hay gente de “mucho carácter” y de poco, con sus respectivos puntos
intermedios. A pesar de esto, en mi opinión, hasta los que parecieran que
tienen menos carácter tienen rasgos de su personalidad en los que no se dejan
pasar por arriba. Esto pasa, generalmente, con las personas de su círculo
íntimo. Tal vez sea peor aún: que todo lo que no les dicen a los demás, caiga
sobre sus familiares y amigos, o sea, largan todo lo que han reprimido.
En definitiva, no creo que sea tan malo tener algo de
“carácter”, pero siempre y cuando lo usemos en forma consciente. ¿Cómo? ¿Ya lo
usan en forma consciente? No lo creo... Recordemos cuando alguien nos quiere
manipular o pasar por arriba, ¿cómo reaccionamos? Y luego de esto, reflexionen:
¿Nuestra reacción fue como “automática”, sin pensarla, o la tuvimos siendo
realmente conscientes de lo que decíamos? Entiendo que la mayoría responderá
que eran conscientes (lo responderán de forma automática, vaya paradoja...),
pero aun así, invito a la reflexión de nuestras reacciones. Como de más grandes
ya tenemos el carácter formado, las reacciones serán similares unas de otras,
como siguiendo un patrón. Por lo tanto, me parece que hay que ser inteligente a
la hora de “demostrar” carácter; sí, demostrar, o sea, actuar (en este caso, me
refiero a ser actor) según cada caso en particular y no siempre igual.
Se puede decir que cuando la Tierra se revela (huracanes, terremotos, erupciones volcánicas, etc) es carácter?... jeje
ResponderEliminarJa, ja, ja, sí, ¿por qué no? Pero un carácter... "falso", por así decirlo. Es como cuando un padre o madre simula estar molesto y levanta mucho (demasiado) la voz para que el más chico (humanidad) comprenda que se equivocó...
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