Desde hace un
tiempo estoy “recibiendo” sutiles (o no tanto) mensajes de parte de la vida. Un
poco lejos del trabajo interno, aunque intentando mantenerme. Pero he dejado
que mi ego me guíe en gran parte. Por eso, estuve descuidando el yo interior y
le daba más importancia al parecer, a lo externo. A creer que es más importante
el físico, a darle importancia al qué dirán… En fin, no me había dado cuenta. Y
ahí empecé a recibir los mensajes del Universo (curiosa sincronía, cuando
escribía Universo, la canción que escuchaba nombraba esa palabra): por querer
demostrar todo el peso que levantaba en la prensa en el gimnasio, terminé
teniendo una fuerte molestia en la ingle derecha. Más adelante me daría cuenta
que era una hernia. Hace unos días, me pegué un tremendo porrazo en la escalera
del trabajo. Y algunas cosas más. Pero la cuestión es que no puedo hacer
ejercicio físico, por lo tanto, puedo prestarle más atención a lo interno (NOTA
ACTUAL: nunca terminó quedando establecido por los cirujanos a los que vi que
fuese una hernia inguinal. Aunque, aparentemente, las ecografías mostraban
algo, los 3 experimentados dijeron que no).
Bonita manera de
enseñar tiene la vida, podría pensarse. Sin embargo, si lo vemos desde una
óptica distinta, yo mismo me busqué eso. Si cuando estaba en éxtasis en los
Cursos de Crecimiento Personal, creía que ya no dejaría de prestar y prestarme
Atención. Y si eso pasaba, que recibiera recordatorios o pruebas para volver al
trabajo interno. Entonces, parafraseando a Enrique Barrios, el Amor (ah, claro,
me refiero al sentido superior de la vida, a Dios = Amor, al Todo, al Universo)
es Paloma, pero también es León. Entiéndase esto como la parte dura del Amor
(no me refiero al que sentimos los seres humanos habitualmente, sino al que
podemos llegar a percibir cuando estamos en un estado de consciencia más alto
que el habitual). Y el grado de “dureza”, depende de lo que hayamos hecho, o
sea, karma. No es más que la consecuencia de nuestros actos, la famosa ley del
bumerang, todo se paga. Aunque haya escuchado mil veces acerca de la aparente
injusticia de la vida o de Dios, sé que esto es una clara ley. Las cosas
SIEMPRE se pagan, sea en esta encarnación o en la próxima. Ahhhh, no esperaban
eso. Así pos sí…
Entonces,
retomando, recibí un recordatorio acerca de que este cuerpo no me lo voy a
llevar “al otro lado”. Cuidarlo, sí. Hacer ejercicio y mejorar la salud,
también. Por qué no, ejercitarse para verse lindo. Pero cuando uno se va al
extremo, aun cuando no haga taaaanto ejercicio pero sí esté pendiente del
físico como lo más importante, entonces puede estar pifiándole.
De esta manera,
vuelvo a caer en el error de querer demostrar y me olvido de ser. Una vez más,
a levantarse y seguir. Es solo una
cuestión de actitud…
Para finalizar, les
comparto una frase que le dijo una amiga a mi mamá, y ella me la transmitió
hace poquito. Decía más o menos así:
“Te reciben por lo
que mostrás, te despiden por lo que sos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario