sábado, 4 de noviembre de 2017

Las justificaciones


Hay un verdadero bicho interno que atenta contra nuestro trabajo interno: las justificaciones. Me refiero a las que nos hacemos a nosotros mismos. Sí, parece estúpido, pero vamos… sabemos que nos justificamos de nuestros actos casi con la misma frecuencia con la que los justificamos ante los demás. Tal vez, más que eso todavía.

Las justificaciones actúan como un amortiguador ante nosotros mismos. Y lo que amortiguan es lo que, realmente, debería ver nuestro verdadero Ser, nuestra esencia. Pero sí lo viera tal como es, o sea, si pudiera ver la inmensidad de nuestro ego (acá me refiero al conjunto en general de los eguitos) la verdad que nos podríamos terminar muriendo de vergüenza… Bueno, esto sería así si partimos de la base de que el Todo es Amor, Dios Amor. No pretendo intentar convencer a nadie con el texto, por eso, no habrá explicaciones solo intelectuales, sino que también empíricas. Ahora, sí alguna persona siente resonancia interna con lo que escribo… todo bien. No se pre-ocupen, no les voy a cobrar derechos de autor J

Continuando con el tema, se podrán percatar de que estas justificaciones son peores que las que usamos con la gente. Claro, porque de última, los demás son ajenos a nosotros, es decir, no viven NUESTRA vida. Pero si nos mentimos a nosotros mismos, estamos cometiendo una gran estupidez. Con esto no estoy fomentando el egoísmo, solo que nos ocupemos de la parte de “amarnos a nosotros mismos”.


Equilibrio y auto-observación. Y amor, por supuesto.

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