Si bien en esta época hay mucha gente que desea hacer algo
que acaricie o la conecte con su espíritu, es muy probable que solo se queden
en eso y no apliquen en la vida cotidiana. ¿A qué me refiero? Si nada más
podemos relajarnos en circunstancias favorables, por ejemplo, en tranquilidad,
con música relajante y sahumerios, entonces, ¿qué pasa cuando salimos a la
calle? Eso es toooooodo un trabajo interno. Y ya que mencioné el tema, la
espiritualidad sin trabajo interno, es algo que se queda a mitad de camino.
¿Por qué? Bueno, pongamos el ejemplo mencionado alguna vez, guiándonos por
palabras del capítulo 16 de El libro de Dios Amor en su capítulo 16, de Enrique
Barrios:
1. El Amor es dulzura
caricia
perdón
misericordia
pero ese es sólo uno
de los lados del Amor
2. Porque Amor es a la vez
justicia
y severidad
tiene un aspecto corrector
que es también protección
3. El Amor es paloma y león
y si no cuenta con ambos brazos
no es verdadero Amor
La gente que gusta de la espiritualidad se suele quedar solo
con la parte “paloma” del Amor. Y, por supuesto, al encontrarse con alguien que
la saque de su eje en el torbellino de la vida cotidiana, la espiritualidad se
fue a tomar una siesta y sale el viejo querido ego a tomar su lugar… No se sabe
cuál pueda ser la reacción, pero lo cierto es que la falta de trabajo interno
deja las cosas “al azar”. Religión y espiritualidad no suelen fomentar el
trabajo interno, aunque perfectamente pudieran hacerlo. Hay una alternativa
mucho menos conocida, justamente, porque no está al alcance de las masas: el
Esoterismo. Es difícil acceder a esta opción, primeramente, porque hay que
conocer a un instructor que se haya formado en una Escuela de esas. Pero si se
llegara a conocerlo/a, ya hay un gran paso dado. Resta saber si el instructor
termina aceptándolo a uno como alumno. Claro, porque no es que a uno le van a
enseñar así porque sí, él debe intentar percibir si el futuro aspirante puede
tiene la capacidad de poder separarse, mínimamente, de su ego, y dejar ingresar
la enseñanza. Que no es naaaada de fácil, más teniendo en cuenta que contar con
la presencia de alguien de carne y hueso que te señale defectos genera una ruptura
en la gruesa capa de ego con la que uno viene de la vida “profana”.
Dejo hasta acá ese tema para volver al central: la idealización de lo que debe ser un
individuo espiritual, se vuelve un
problema para quien intenta entrar en esas temáticas. Porque puede verse
forzado a dar explicaciones por errores cometidos, ante la posibilidad de
reclamos de los de afuera. Esta idealización o perfección, es uno de los más
grandes errores del ser humano. Se ve en todos lados, pero tomemos el ejemplo
de la religión: se dice que solo Dios es perfecto. Aun así, se le reclama a las
personas que no cometan errores y que sean casi perfectos… al margen de esto,
es importante recordar que CADA PERSONA TIENE UN DIFERENTE NIVEL EVOLUTIVO. ¿No
podés dejar de comer carne porque te gusta? Y bueno, no te prives de ello. Pero
no te condenes tampoco.
Culminando el texto, aliento una vez más a realizar trabajo
interno. Observarnos aunque sea un par de veces al día para “cazar” conductas
repetitivas, verdaderos “vicios”
adquiridos, que si no contrarrestamos intentando dejar de lado, después se nos
hará casi imposible, por la “cristalización” de los mismos. Espiritualidad y
trabajo interno de la mano, para ser lo más consecuentes posibles con nuestro
pensar y proceder, pero sin autoexigirnos al máximo, para no desperdiciar
energía inútil.
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