domingo, 25 de noviembre de 2012

¿Ser o parecer/demostrar?


No sé si les resultará claro lo que voy a afirmar, pero ahí va: durante toda nuestra vida, representamos distintos personajes, aunque el “yo” más verdadero, más auténtico, rara vez sale a la luz. Ah, me van a decir que sí sale, por ejemplo cuando somos espontáneos. No sé, sigo creyendo que no. Porque si alguno recordó algún pensamiento negativo asociado a tal situación (con la correspondiente emoción que sentimos), es posible que le “cante” unas cuantas verdades a tal persona, aunque no significa que, necesariamente, haya expresado a su verdadero ser. Solo expresaba lo que le molestaba, que no está mal, al contrario: está bueno plantear las cosas de frente, nada más que hay que buscar un punto medio. Porque si vamos a andar diciéndole a todos lo que nos molesta de ellos, imagínense que la persona de enfrente también va a aprovechar y nos va a retrucar con una cuantas cuestiones...

Hay otra forma de expresar algo no real de uno mismo: el simular ser, por ejemplo, una persona dura, con “carácter”. O pasársela en (casi) permanente conflicto, como esas personas que conocemos que se la pasan disminuyendo o menospreciando a los demás. “¿A quién le vas a hablar así, vos?”. El popular: “¿Quién te creés que sos?”. Y muchos ejemplos más. Esta gente se justifica diciendo que lo hace en joda... “Ayyyy, ¿no te aguantás una broma?” O si no, también: “Es una broma” o “Lo digo en broma, no te enojés por esa boludez”... claro, si juntamos las veces que lo que dicen va “en broma”, se hace como molesto... Pero en fin, estas personas que menciono que se relacionan mediante el conflicto suelen esconder dentro suyo un complejo de inferioridad muy grande. A veces, tiene que ver con el físico. Y a veces no, ya que hay personas “lindas” (entre comillas, porque la belleza física es relativa) que también son así, nada más que disimulan defectos, o sea, falencias internas. Pero en ninguno de los casos las personas se dan cuenta, o sea, no lo hacen a propósito ya que no son conscientes de ello.

Entonces, una buena idea sería intentar observar cual es... mmm, digamos la ESENCIA de cada uno, el ser real. Cuanta gente se agarra de la excusa “yo soy así” y dice, como mencionábamos, unas cuantas cosas a otra persona. Claro que a este individuo no le puede gustar y a lo mejor empieza a batallar, o sea, a responderle... y no termina más, salvo que uno de los 2 se canse, o que gane por nocaut... Pero esta última opción no está muy buena que digamos.

Hay más ejemplos, como quienes son celosos y se justifican pensando que esos son “ellos” (o ellas) y que si no se comportaran así, no serían “ellos” (o ellas, nuevamente lo aclaramos); quienes reaccionan de mala manera porque sí, levantando la voz o gritando, etc. Aunque mejoré al respecto, yo he tenido eso de levantar la voz, de hecho, lo tengo, lo bueno es que ahora me doy cuenta o me lo hacen dar cuenta, y lo reconozco (por ejemplo: andaba gritando y esa voz alta va disminuyendo y calmándose). Por lo tanto, estaría bueno que hubiera más auto observación. Yo no solo lo escribo o digo, también lo PRACTICO, sin éxito a veces, como lo mencioné, pero no por eso me rindo, porque si no, ahí sí, fuiste. Ya he mencionado varias veces que lo importante en el Trabajo Interno es la práctica. Y la constancia también.
Tonces... menos mirar la paja en el ojo ajeno y más mirar la viga en el culo propio, como dijo ese señor José María Domínguez (o Juan... ¿O se llamaba Claudio? Tantas veces le cambiaron el nombre que no me acuerdo :-)... bueno, en fin, repito: a practicar más la AUTO OBSERVACIÓN, por si no me había expresado claramente. Porque de esta manera, podemos empezar a corregir defectos y potenciar virtudes. Así vamos a encontrar al yo más verdadero y lo vamos a poder expresar.

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