¿Qué es eso que se produce en nosotros de tanto en tanto,
cuando no encontramos, literalmente, NADA dentro de nosotros mismos? Cuando hay
un vacío interior, que queremos llenarlo haciendo lo que sea, pero que se llene
para sacarnos ese malestar de encima. Y, curiosamente, no hay actividad que
logre llenarlo. Ni la actividad que más nos guste, porque puede ocurrir que
comencemos a hacerla y rápidamente paremos porque no nos da placer. Y si lo que
más nos gusta es el sexo, ahí puede que sigamos haciéndolo, pero va a ser algo
automático, sin pasión, solo con excitación y calor proveniente del instinto
humano. Claro que es distinto, porque el sexo genera endorfinas, que es la “hormona de la felicidad”. De todas maneras,
aun así, no logra quitar “de verdad” el vacío.
Este vacío interior que
menciono se debe a la maquinización de lo que hacemos. Pero en el momento en el
que NOS DAMOS CUENTA de esto, es decir, que tomamos consciencia, nada nos logra
“llenar”. Y ese vacío que siempre estuvo allí, ahora duele... ¿Cómo que siempre
estuvo? Sí, lo que pasa es que nos ponemos etiquetas, rótulos acerca de lo que
somos que llenamos el intelecto de bastante basura. Y esa parte vacía, que en
realidad es la Paz Interior ,
solo la notamos cuando no estamos haciendo nada que requiera mucha atención de
nuestra parte.
Nos acostumbramos a estar en constante actividad, y si no,
estamos aburridos o “al pedo” (argentinismo, claramente, aunque en otros países
debe haber algún término para definir lo mismo). Esto también pasa en las
reuniones: el que haya segundos de silencio, hace que alguno (generalmente la
persona más inquieta, o alguien que solo que quiere llamar la atención) diga
algo así como “¡Qué silencio!”. O si no “”Pasó un ángel”... Esta frase nunca
terminó de cerrarme, aunque encontré en Internet una explicación más linda
acerca de por qué se dice así:
Cuando en el curso de una conversación o discusión los
interlocutores hacen silencio todos a la vez, sin que haya una razón evidente
para que eso ocurra. Como me ha ocurrido, puedo decir que es como si una fuerza
ajena a la humana - un ángel-, hubiera decidido intervenir para poner orden en
el asunto.
Gracias Caribeña (el nombre de la usuaria de la página web de la que
extraje esa respuesta a la pregunta). Seguimos y retomo el tema del silencio.
La gente cree que cuando está en presencia de otra persona tiene que hablar sí
o sí. Está bien, se ha establecido que así debe ser, no digo que uno se quede
callado y resulte un plomo para el otro, pero hablar por hablar no es
necesario. De última, se evita que el de enfrente diga “cri, cri” por el
silencio, algo totalmente original, por cierto...
Y con respecto a esto último,
me acuerdo de una frase de una película (cuyo título sí que no recuerdo) que
planteaba que cómo reaccionaría una persona si se le indica que entre en una
habitación, en la que estará sola. Allí no existe el personaje, no está el
ganador o perdedor, no está el estudiante, la chica sexy, el tímido, etc., nada
de nada. Allí, solo puede aparecer uno mismo. Claro, siempre y cuando uno se
concentre, porque puede que aparezca el ego con su compinche, la mente baja, y
aparezcan pensamientos de miedo, ansiedad, rabia, etc. Pero volviendo a la
reflexión, al estar con uno mismo, no hay nada que aparentar, si nadie más
está. Ya no hay careta, es el momento de aprovechar. Y por eso la meditación es
mejor cuando uno está solo, pero las meditaciones grupales y guiadas por un
individuo experimentado tienen sus ventajas:
La verbalización de las
acciones a realizar es de gran ayuda, tanto para los que acatan las palabras
como para el mismo que guía la meditación.
En fin, desde una perspectiva
más elevada, Facundo Cabral decía: “No estás deprimido, estás distraído”; dando
a entender que todas esas pre-ocupaciones inútiles o ese vacío interno no son
motivo para deprimirse y rendirse. Inclusive, si afinamos la Atención , podemos sentir
una hermosa sensación en el pecho. Eso es el Amor, pero el real, el Amor por la
existencia, por los demás. Además, ahí uno toma contacto con el momento
presente y su maravilla y su magia. Pruébenlo, hacer este pequeño esfuerzo vale
la pena. Y es gratis...
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