No suelo ser tan pesimista, pero me parece que esto marcará
una pauta bien clara, más digna de punto medio que de extremos: ¿Por qué
tenemos problemas en la vida? Sencillo: Karma. Bueno, como ya expliqué todo eso, los dejo, ta’ luego muchacho’.
Mmm... pensándolo bien, creo que a algunos no les cerrará y
culparán a Dios, por haber creado el karma... así que me quedo y sigo
explicando lo que me parece:
Los “problemas”, que no son tales en realidad sino una
oportunidad única para reflexionar y hacer un cambio, están para ayudarnos a
evolucionar. Y por eso es que se repiten algunos, justamente, porque no
“aprobamos” tal materia (de la
Vida ) y allí está nuevamente la Prueba. A veces, aunque ya hayamos
aprendido una lección, nos aparecerá de nuevo en la vida, para ver si
incorporamos solo la teoría o si somos capaces de volver a aplicar en la
práctica aquella lección que se está repitiendo.
Pero vayamos más a fondo e intentemos responder la pregunta
inicial: ¿Quién es el responsable de mis problemas cotidianos? Es clarísimo: yo
mismo. El “yo mismo” (o “misma”) va para cada uno en particular. ¿Ah, no?
¿Quién es el responsable, entonces? Tu expareja, por supuesto... noooooouuuu,
respuesta incorrecta. Nooooo, tampoco lo es tu actual pareja... ¿Será posible?
Como le gusta a la gente sacarse la responsabilidad de encima, total, desde
chicos nos han enseñado a echarle la culpa a otro, sea en broma o de en serio.
Ni tu jefe, ni tus hijos, ni tus padres, etc.: VOS MISMO/A SOS EL/LA RESPONSABLE DE
LO QUE TE PASA, carajo (se enojaba el tipo). Bueno, obviamente que la idea era
remarcar la frase, no que les suene a grito, a pesar de la palabra posterior
(puesta en minúscula a propósito, para que no resalte). Entonces, cada uno es
responsable de lo que le pasa. Ahhh, se me olvidaba que hay gente que lo
atribuye a la suerte. Según Pablo Neruda, en uno de sus textos: ... “La suerte
es el pretexto de los fracasados”... Claro que también pueden decir que algo
pasó “de casualidad”. Cito, entonces, a Hermes Trismegisto, Sexto Principio
Hermético: “Toda causa tiene su
efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la ley; la
casualidad no es sino un nombre para la ley no reconocida; hay muchos planos de
causación, pero nada se escapa a la ley”.
Demasiado
lúcido, para mi gusto, señor Hermes: ¿no ha visto que la gente quiere SUFRIR y
NO HACERSE CARGO? De todos modos, buen aporte a la Humanidad , de su parte.
Y justamente con lo que explicaba anteriormente, el señor George Gurdjieff decía que lo más le cuesta sacrificar a la
gente para poder hacer un correcto Trabajo Interno es su sufrimiento. ¡Qué
manera de dar en el clavo la de este hombre! Es justamente esa una gran clave.
En otro texto que yo había publicado en este blog, “Cuentito prestado”,
relataba que el diablo estaba cansado de ser malo y acudió al hombre con fama
de ser el más sabio del mundo para dejar de serlo y convertirse en bueno. Este
le explicaba que no es fácil hacerse bueno tan rápido, que hay que tener mucha
paciencia y humildad. El diablo le ofreció su propia vida, como supuesta
muestra de valor, pero el hombre le explicó que eso no sirve, que muchos dan su
vida en un arrebato (esto va para quienes creen que hay que ser valiente para
suicidarse: todo lo contrario, hay que ser tan cobarde como para no afrontar la
vida para matarse, o simplemente, no aguantar más tremendo karma... de todos
modos, este seguirá vigente en la próxima encarnación, así que pa’ que
molestarse). A cambio, le pidió si no le podía dar una mano lavando platos y
ollas sucias que se le habían acumulado, a lo que el diablo respondió: - ¡AH
NO! ¡HUMILLACIONES, NO!
Por si no se entendió: era capaz de dar su vida porque sí pero no era
capaz de esforzarse teniendo humildad (y paciencia). Era capaz de ser
atormentado entregando su vida, pero su ego era tan grande que su soberbia no
le permitía poner voluntad para mejorar. LA SOBERBIA ES EL INDICIO
DE QUE HAY EGO (hago referencia a situaciones cotidianas, no a chistes en los
que se la utiliza, aunque allí también se puede ver el tipo de personalidad de
tal sujeto).
Sintetizando: uno es responsable de lo que le pasa, aunque no vea como
pueda resolverlo. Esto se los estoy escribiendo en un estado de ánimo bajo, así
que no crean que no tengo “problemas”, solo que sé que cuando esté lúcido se
van a resolver (más bien, LOS voy a resolver). A pesar de todo, siento que
tengo un gran karma... a favor. Sí, me veo un privilegiado en un montón de
cosas, más allá de no poder resolver falencias que me he detectado.
Para terminar, pequeñas observaciones para poder entender nuestra
responsabilidad en lo que nos pasa:
Autoobservación: Es fundamental observarnos lo más imparcialmente que
podamos. Cuando aparecen las justificaciones, probablemente al ego no le gustó
algo de lo que tomamos consciencia y está buscando argumentaciones para
justificarlo.
Hacerse cargo: Dejando de lado el “qué dirán” si se enteran que hicimos o
que nos pasó tal cosa. Porque si no tenemos el VALOR de afrontar las
situaciones, simplemente... estamos en el horno (no se me ocurrió una forma más
fácil de ponerlo).
Actuar desde la esencia: O sea, desde lo más natural. No es natural el
falso orgullo, esto es, cuando no damos el brazo a torcer. No es natural
discriminar, me refiero al racismo, homofobia, xenofobia, etc. En fin, para
englobar todo, sería actuar desde el sentido común y no desde nuestra
personalidad, que está contaminada por el ego.
Ser optimista: No lo podremos ser siempre, pero vale la pena intentarlo.
En todo caso, si seguimos optando por el pesimismo, NO CONTAMINAR CON NUESTRAS
PORQUERÍAS INTERNAS A LA OTRA PERSONA.