Lunes 15 de julio de 2019, 2:53 A.M.
Siento que este texto me lo debía. Así como expresé toda mi
tristeza en “Desencuentro”, este escrito es todo lo contrario.
Mencioné a las almas gemelas y avisé que me refería a algo
REAL. No voy a explicar mucho más al respecto. Si quieren entender más sobre el
tema, van a tener que leer los libros de Enrique Barrios. Más precisamente, la
trilogía de Ami. También puede ser, después, “Cuentos de Amor, Estrellas y
Almas Gemelas”.
Y volvimos a unir nuestras almas. Algo indescriptible. Primero,
una sensación de alivio. Después, la satisfacción de estar nuevamente con mi
Amor. Y cada vez, entendiéndonos más. Ya había hablado acerca de que,
mundanamente, puede haber diferencias y que esto pasa porque somos son mitades
separadas pero complementarias. Por ahí dicen que, en realidad, somos 2 partes
de UN MISMO SER. Lo siento muy probable.
Y aprendimos mucho en estos días. Créanme que no fue mucho
tiempo, pero dolió como si fueran meses. Es que, así como es un lazo eterno,
casi que parece eternidad no estar unidos en almas. Aun la separación física es
soportable (por poquitos días, claramente) … Pero no sentir la presencia del
alma amada en el interior, sentirla distante, es desgarrador.
Y ahora tenemos una mejor comunicación. Antes, teníamos como
miedito de decir algo que pueda ser malinterpretado. Claro, al ser distintos… y
al ser yo un ogrito… Pero logramos comprender que ambos sentimos lo mismo: un
amor incondicional. Y que todo se puede solucionar hablando. ¿Cómo adivinar lo
que el otro piensa? ¿Acaso somos videntes? Bueno, eso no lo sé, pero lo que sí
es seguro es que, a veces, siento/percibo lo que a ella le pasa. Claro, al
haber una conexión tan profunda, eso es posible.
Gracias Padre-Madre Amor por darnos esta oportunidad, este
privilegio. Entiendo que, kármicamente, lo merecemos. Recordemos que karma no
es bueno o malo, sino merecimiento. De tal forma actuaste, de esa manera te va
a pagar la vida/destino/Universo. No voy a ahondar en este tema. Para más
información, lean mi escrito “El karma (ley de causa y efecto)”.
Por último, siento la necesidad de transmitirles una fórmula
que me susurraron:
Servir. Es cierto que el deseo de ayudar al prójimo no nace
en todos. Pero el Servicio es fundamental para encontrar a La Otra Mitad. Claro
que hay que hacerlo por vocación y no por interés o calculando el resultado. En
todo caso, hacer el Bien les va a gratificar el alma. Y puede que no encuentren
a su Alma Gemela, pero sí a un alma afín con quien compartir su vida. Claro
que, también, tiene que ver lo que permiten o no en su vida. Porque si insisten
solo en atractivos externos o en creer que apego es amor, o sea, que los celos
enfermos son aceptables, tema de ustedes. El Universo pone de sí, pero uno
mismo también debe hacerlo.
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