Frase osada como para ponerle un título a un escrito. Pero
más bien, la intención que le quiero dar es: “Lanzarse al vacío… de lo
desconocido”.
Sabemos que en la vida vamos aprendiendo cosas nuevas. Esas
cosas nuevas pueden llegar a resultarnos placenteras, por esto de realizar algo
como “la primera vez”. O sea, cuando no teníamos pre-conceptos sobre lo que
debíamos esperar o hacer, cuando éramos inocentes con respecto a esta
situación. Pero también puede ocurrir que lo nuevo que aprendamos nos genere
rechazo, por ser algo que no tenemos ganas de aprender, al menos inicialmente.
En este caso, la experiencia nos resulta más complicada porque nos sacan de lo
conocido, aunque está bueno porque nos des-maquinizan.
En el Coaching están explicados muy claramente estos temas
sobre el aprendizaje, separándolos en 3 zonas:
La zona de confort,
lo conocido. Lo que alguna vez aprendimos “por primera vez”, pero como ya lo
adoptamos al disco duro de la mente, es lo que nos parece habitual. Pero si queremos
aprender, no podemos quedarnos ahí, hay que seguir. Y entonces aparece:
La zona de expansión,
el momento en el que nos animamos a salir de la zona de confort. Podemos decir,
cuando tomamos coraje y “nos lanzamos al vacío”. Estamos en busca de adquirir
nuevos conocimientos. Sin embargo… no conocemos eso que queremos obtener, nos
encontramos nuevas situaciones que puede que nos parezca que son muy difíciles
de resolver y no le encontramos la vuelta. En ese momento, podemos decir que se
produce un quiebre en nosotros.
Entonces, entramos en:
La zona de pánico,
que es cuando tenemos que DECIDIR que hacer, hacernos cargo. Y allí, puede que
nos den ganas de volver a la cómoda zona de confort, por algo el nombre. Este
es el momento indicado para decirles que quise titular este escrito como
“lanzarse a la pileta”, pero no me atrapó el nombre. Porque si te lanzás al
vacío y te arrepentís en el camino… mejor haberse tirado agarrado de una soga.
Perdón, me fui de la idea principal. Retomando, a veces volvemos a lo conocido,
en otras ocasiones no, y enfrentamos la situación, yendo para adelante. Esta es
una forma rápida que nos lleva a aprender, aun cuando nos equivoquemos en
varias partes del camino. Como decía la señorita Rizos, del “Autobús mágico”:
“Vayan niños. Aprendan, diviértanse, cometan
errores”… Cometan errores… me lo imagino a mi jefe escuchando que alguien
cometió un error… Pero en la vida, vamos a lograr aprender de esa manera.
Y ya saliéndome de mi forma de interpretar uno de los temas
aprendidos en Coaching (esta también es una forma de expresar que aprendí;
decir que es mi interpretación, no la verdad única e irrefutable) quiero
terminar de hacer hincapié en eso de querer volver a la zona de confort. Algo
que todos conocemos, no nos hagamos los grandecitos... Si hablamos del karma y
de la reencarnación, podemos decir que toda aquella situación que evitemos, va
a volver a pasar más adelante, sea en esta encarnación o en otra. En todo caso,
cuando nos sintamos preparados, podemos enfrentarlas más “conscientemente”. Ya
que a veces, simplemente aparecen esas situaciones y las enfrentamos porque nos
sentimos como “obligados” a reaccionar. Pero poder tomar valor y enfrentar una
situación de manera más voluntaria, o sea “yendo para adelante”, nos va a dar una
sensación de realización, de habernos hecho cargo y de sentirnos capaces para
eso.
A lanzarse al vacío, pues (ok: a lanzarse al vacío, entonces)…