Por diversas situaciones, unas cuantas veces me pasó que
llegó un punto en el que quedaba como saturado de situaciones, generalmente, en
el trabajo: desde tener que hacer un montón de trámites en poco tiempo, hasta
recibir exigencias obviamente desproporcionadas. Esta última me pasó hoy. No a
mí en particular, sino a todo el grupo de trabajo. Y yo que venía con mucha
energía, para empezar a adelantar trabajo a lo loco (aunque siempre dicen que
estamos atrasados) de repente la perdí, por considerar una ridiculez lo que
decían. Las injusticias desatan en mí a un feo iracundo interno, a veces en
mayor medida que otra. Aunque generalmente esto es más a nivel interno, no
llego a expresar ni la mitad.
Después de esta introducción que cuenta parte de mi vida,
voy a lo que quería llegar: luego de salir del trabajo, fui aflojando esa furia
interna, ya desde antes venía más tranqui, pero con el tiempo se me fue
pasando, más al encontrarme con ex compas del trabajo. Y cuando ya volvía a mi casa,
arriba del tren, fui reflexionando la situación. Y llegó ese punto en el que
sentí como un vacío interior, de
esos que ya mencioné en un texto anterior: http://jolutu.blogspot.com.ar/2013/05/vacio-interior.html.
Así me di cuenta que estaba entrando en un estado en el que me iba a sentir
como si no me importara nada... Pero solo por un rato. Y justamente es ahí
donde sale a relucir LA ESENCIA. Lo
más puro, lo más real de uno mismo, por qué no “el Yo Verdadero”. Así logré
motivarme para escribir este texto, aunque en ese momento estaba como bajón. Es
increíble la capacidad de transmutación de estados negativos a positivos que
tiene el ser humano. Solo que muchas veces no nos damos cuenta.
Bueno, la esencia sale a la luz cuando el ego ya no tiene
nada más que hacer. Este último, lamentable-mente, es el estado en el que
solemos vivir, aunque le duela a más de uno reconocerlo. Pero cuando pasa una
situación que nos desborda, se tiene la oportunidad de “acceder” a la esencia.
Más bien, recordar que la tenemos, que siempre está allí, pero que olvidada y
sepultada debajo de tanto ego. Después, seguramente volveremos al estado
anterior, pero estaremos fortalecidos por la situación aprendida. Esperemos que
también esté “aprehendida” y que recordemos la experiencia en un futuro.
No me voy a cansar (aunque sí a cansarlos) de decir una y
otra vez que los más chicos son pura esencia. Inocencia, esencia, son lo mismo.
Pero la primera muchas veces es vista como un defecto (que mal y llenos de ego
que estaremos para legar a pensar eso)... Claro que si no adquirimos
experiencia acerca de cómo se vive en este mundo, la podemos pasar mal. Punto
medio, entonces.
Para finalizar, solo recordar que cuando le decimos a
alguien que use el sentido común, le estamos recordando que debería actuar más
acorde a su esencia, a su Yo Verdadero. Con actuar de vez en cuando como SOMOS
DE VERDAD, basta, ya habremos hecho mucho más que la mayoría de la gente.